Riñones y Patología. ¿Es la deficiencia renal la causa de toda enfermedad?.
¿Es la deficiencia renal la causa de toda enfermedad?. ¿O toda patología conlleva una sobrecarga renal que, a su vez, agrava la enfermedad?. No lo sé exactamente. Sólo constato que el 94% de las personas que vienen a visitarse con nosotros por primera vez tienen los riñones deficientes (puede que también algún otro órgano) y que a causa de ello se originan diversos síntomas, dolencias o enfermedades de todo tipo. A medida que se van tratando los riñones con productos adecuados, los síntomas ceden y se va recuperando la normalidad orgánica. En general estos pacientes vienen a consulta no porque crean que los riñones les funcionen mal sino por otras causas, que pueden ser: varices, asma, edemas, cefaleas, infecciones urinarias, hipertensión arterial, reuma, dolores abdominales, etc. etc. Y se sorprenden mucho al anunciarles que la culpa la tienen los riñones. Pero como estas constataciones ya las he observado en decenas de miles de pacientes, creo tener suficiente experiencia como para apoyar mis afirmaciones. ¿Cómo es posible, nos preguntan algunos, cuando no tengo ninguna molestia en los riñones y los análisis están normales?. Efectivamente los riñones, así como el hígado, son órganos que no duelen y es difícil, de no estar advertido, percatarse que los síntomas que se van produciendo, generalmente en zonas no muy lejanas a la ubicación de los riñones, provienen del mal funcionamiento de estos órganos. Por otra parte los análisis de laboratorio tampoco suelen descubrir una deficiencia renal al menos que no esté bastante avanzada. Los más comunes son la creatinina, la urea, y el ácido úrico. Cuando estos parámetros dan elevado es que la función renal ya suele estar bastante degradada. No es raro entonces que se le anuncie al interesado que con el tiempo tendrá que entrar en diálisis. El que la analítica renal dé normal no quiere decir que los riñones funcionen bien. Nosotros constatamos este funcionamiento por radiestesia pero los terapeutas tienen posibilidad de apreciarlo también por otros métodos entre los que destacan, por ser más comunes, la iridiología, reflexología y kinesiología.
¿Por qué la medicina oficial no puede afinar en sus métodos diagnósticos y ser así más eficaz en sus tratamientos?.
¿Qué observamos cuando los riñones funcionan mal?.
- Desvitalización de las zonas adyacentes: columna, nervio ciático, ovarios, matriz, vejiga, próstata... con los múltiples síntomas que ello puede acarrear.
- Desvitalización de las piernas: cansancio, varices, pesadez, mala circulación, edemas, dolores especialmente en rodillas, hormigueos, sensación de frío...
- Afectación del plexo solar y a veces del cardíaco. Entre el estómago y la arteria aorta se encuentra el gran plexo solar, constituído por un haz de nervios entrecruzados, formado por nervios del sistema neurovegetativo provenientes del simpático y parasimpático.
Cuando los riñones funcionan mal, aunque nosotros no nos percatemos, el sistema vegetativo si que lo nota y lo acusa produciendo sensaciones dolorosas muy variadas en esta zona de la «boca del estómago», de manera que tanto nosotros como los médicos creen que se trata del estómago. Al hacer toda clase de pruebas, incluída la endoscopia, ven que los síntomas no provienen del estómago y se inclinaran a pensar que es de origen nervioso pero no lo relacionarán con los riñones.
Como este plexo tiene ramificaciones en todo el abdomen, puede acabar afectando al estómago y a los intestinos, produciendo gastritis, úlceras e incluso la enfermedad de Crokhn. A veces se puede sentir dolor o molestia a ambos lados de la parte superior del abdomen.
- Alteración de la tensión arterial. El mal funcionamiento de los riñones hace que la cantidad de agua y sodio en sangre no sea el adecuado. En general, en casos de hipertensión es la cifra baja (presión diastólica) la que suele dar elevada.
Los dolores de cabeza suelen ser relativamente frecuentes.
- Obesidad, celulitis. Por acúmulo de toxinas englobadas en las células adiposas o en quistes sebáceos, por ejemplo en las mamas.
- Afecciones en pulmones, garganta, faringe. Puede producir asma, bronquitis, tos, laringitis, rinitis, etc., debido a un esfuerzo del organismo por expulsar las toxinas circulando en sangre que los riñones son incapaces de expulsar.
- Sensación de frío. Es un síntoma bastante generalizado. Se siente a menudo frío en pies, piernas o en todo el cuerpo. Un caso extremo es el de una señora que necesitaba ponerse durante toda la noche, no cualquier calor, sino el de una botella de butano, muy cerca de los riñones, lo cual le impedía dormir en la cama.
- Afecciones de la piel. Puede darse picores, eccemas, granos, rojeces, etc.
- Anomalías en la orina. A veces se orina poca cantidad o por el contrario excesiva. Pocas veces o demasiadas. Orinas muy cargadas o demasiado claras.
El orinar demasiado o demasiadas veces es anormal. Ello supone que la función renal de reabsorción del agua no actua correctamente porque los riñones son un doble filtro. Filtran la sangre para eliminar las toxinas y después deben reabsorver el agua; si esta función no es correcta se orina demasiado (o demasiado poco).
- Sensación de miedo.
Órganos sustitutorios.
La principal función de los riñones es la de eliminar las toxinas del organismo contenidas en la sangre. Mil quinientos litros de sangre pasan diariamente por los riñones. Los desechos de la actividad celular van a la sangre para ser eliminados por los riñones y el hígado. Pero cada uno de estos dos órganos elimina toxinas diferentes, de manera que las deficiencias de los riñones no serán corregidas por el hígado. ¿Y qué sucede si los riñones, por su mal estado, no son capaces de eliminar todas las toxinas que llegan a sus filtros?. ¿A dónde van?.
Una parte de ellas queda en el torrente sanguíneo hasta que encuentre otro destino. Contribuyen a mantener una sangre de mala calidad (sangre «espesa, sucia») favoreciendo la hipertensión arterial y dañando así zonas sensibles, por ejemplo, arterias coronarias (infartos), arterias cerebrales (cefáleas, hemiplejias). La mala circulación en piernas predispone a las varices, etc. Pero el organismo hace todo lo posible por eliminar las toxinas de la sangre y al no poder salir por los riñones, forzará otros órganos por ver si por lo menos una parte puede ser expulsada.
- A través de la piel: de ahí vienen los picores, los eccemas, las psoriasis, los forúnculos, las fístulas, las rojeces, la urticaria, los granos y otras dermatosis. La psoriasis tan temida, desaparece habitualmente con un tratamiento adecuado para los riñones.
- A través del pulmón-garganta: de ahí las bronquitis, los catarros, la tos, la faringitis, el asma, las neumonías, etc. Una paciente nuestra curó de una tos de hacía ocho años, con un tratamiento adecuado para sus riñones.
- A través de la regla: las mujeres fértiles pueden expulsar por esta vía cantidad de toxinas. Por ello después de la menopausia su estado general suele empeorar si los riñones no han sido tratados.
En los hombres, las hemorroides pueden jugar este papel.
- A través del intestino: provocando diarreas.
- A través de otros órganos con orificios hacia el exterior: en oídos por medio de una otitis pueden salir bajo forma de pus. En los senos frontales, malares o etmoidales provocando sinusitis, siguiendo el mismo mecanismo. En la vejiga provocando cistitis.
Y otra parte de toxinas es depositada:
- En las células de grasa. Hay gente que dice engordar comiendo con normalidad. Puede ser cierto. El organismo produce más grasa para poder englobar más toxinas que generan sus riñones perezosos. De aquí se deduce que un tratamiento adelgazante sólo es efectivo cuando todos los órganos funcionen perfectamente y en especial los riñones.
A veces se producen quistes sebáceos (de grasa) bajo la piel o en las mamas que tendrían la misma finalidad.
- En los cartílagos articulares, de preferencia en las extremidades, lejos de los órganos esenciales produciendo reumas por desgaste e inflamación de dichos cartílagos.
¿Qué daña a los riñones?.
- Alimentos: exceso de alimentos ricos en proteínas animales como la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos. Exceso de azúcar industrial, ingerido directa o indirectamente en bollería, pastelería, repostería, etc. Exceso de ciertos condimentos químicos, de grasas, de margarinas, de conservas, etc.
- Bebidas: el agua clorada de la canilla, bebidas con azúcar, con gas o hechas con productos artificiales, bebidas alcohólicas, excepto los vinos tintos de calidad tomados con moderación en las comidas. El café, el té tomados en exceso.
- Tóxicos: el tabaco y las drogas.
- Medicamentos: la mayor parte de los medicamentos al ser expulsados por los riñones dañan a este órgano.
- Productos tóxicos inhalados: fabricación o utilización de pinturas, fábricas donde se producen metales, plásticos, barnices y toda clase de productos químicos. Agricultores que inhalan los insecticidas con que tratan las plantas, etc.
- Geopatías: de la tierra emanan radiaciones imperceptibles debidas a gases, aguas subterráneas, fallas, minerales, etc., que dañan a los que viven encima de ellas sobre todo cuando se permanece mucho tiempo en el mismo lugar (por ejemplo, durmiendo siempre en la misma cama). Estas energías dañan especialmente a los riñones.
- Conflictos: las amenazas que provocan miedo afectan a los riñones.
Diversas patologías de los riñones.
Cuando el funcionamiento de los riñones deja que desear se pueden producir distintas patologías que las clasificaría por orden de frecuencia así:
- Deficiencias: Los riñones funcionan mal porque están sobrecargados y no dan abasto en expulsar todas las toxinas de la sangre.
- Intoxicaciones: Debidas a la ingestión de productos tóxicos, consciente o inconscientemente.
- Litiasis: Producción de cálculos o «piedras».
- Abcesos: Formación de una cavidad donde se almacena pus.
- Esclerosis: Endurecimiento y falta de elasticidad de los tejidos renales.
- Infecciones: Debidas mayormente a bacterias como estafilococos y las que producen la tuberculosis renal y la sífilis.
Para todas estas patologías hay tratamientos en las medicinas alternativas.
Padre César Fernández de la Pradilla.