Los chamanes no nacen, se hacen.
La noción de los cuatro elementos clásicos (Fuego, Agua, Tierra y Aire) está presente en muchas culturas, y el chamanismo se encuentra muy ligado a ellos:
Elemento Fuego...
Elemento Agua
Elemento Aire
Elemento Tierra
La noción de los cuatro elementos clásicos (Fuego, Agua, Tierra y Aire) está presente en muchas culturas, y el chamanismo se encuentra muy ligado a ellos:
Elemento Fuego...
Elemento Agua
Elemento Aire
Elemento Tierra
Por lo general, para adquirir todas las capacidades que se le presuponen, el futuro chamán debe completar un rito de iniciación. Para entrar en la vía del chamanismo, la persona debe renacer; es por eso que muchos chamanes han pasado por experiencias cercanas a la muerte. Esto se debe a que deben purificarse por completo de su vida pasada, eliminar todo rastro de ego, y el elemento purificador por excelencia es el Fuego.
Tras esta experiencia traumática, el chamán debe conectar con la Tierra, y hacer un viaje a lo que ellos llaman “el inframundo”. En este viaje al llamado inframundo, el chamán despierta a la conciencia colectiva de la humanidad. Gracias a unos lenguaje de símbolos, universales y comunes a todas las civilizaciones de la Tierra (ya que se supone que están grabados en el propio ADN y son pasados de generación en generación), el chamán consigue comprender todos los elementos naturales y no naturales de la Tierra, y abre plenamente su conciencia al arquetipo de la conciencia colectiva de la humanidad.
Para el chamán, el Agua es el elemento sanador por excelencia. Su misión es cuidar de todas las formas de vida del planeta, y promover su recuperación. Las lágrimas del chamán ayudan en esta labor curativa, ya que representan la compasión por cualquier ser vivo, por mísero que sea. Esto es lo que ellos llaman sanación empática.
Por último, el elemento Aire, es la representación de la capacidad del chamán de comunicarse con un mundo superior, el mundo de los espíritus. El chamán puede viajar a este reino y entablar conversación con los mismísimos dioses para luego comunicar sus designios a la humanidad; en el chamanismo está extendida la creencia de que tanto Jesucristo como Mahoma eran poderosos chamanes que acabaron ascendiendo definitivamente al elemento Aire. Este viaje simboliza la evolución de la raza humana.
Artículo extraído de Facebook El sendero del Chamán.
Tras esta experiencia traumática, el chamán debe conectar con la Tierra, y hacer un viaje a lo que ellos llaman “el inframundo”. En este viaje al llamado inframundo, el chamán despierta a la conciencia colectiva de la humanidad. Gracias a unos lenguaje de símbolos, universales y comunes a todas las civilizaciones de la Tierra (ya que se supone que están grabados en el propio ADN y son pasados de generación en generación), el chamán consigue comprender todos los elementos naturales y no naturales de la Tierra, y abre plenamente su conciencia al arquetipo de la conciencia colectiva de la humanidad.
Para el chamán, el Agua es el elemento sanador por excelencia. Su misión es cuidar de todas las formas de vida del planeta, y promover su recuperación. Las lágrimas del chamán ayudan en esta labor curativa, ya que representan la compasión por cualquier ser vivo, por mísero que sea. Esto es lo que ellos llaman sanación empática.
Por último, el elemento Aire, es la representación de la capacidad del chamán de comunicarse con un mundo superior, el mundo de los espíritus. El chamán puede viajar a este reino y entablar conversación con los mismísimos dioses para luego comunicar sus designios a la humanidad; en el chamanismo está extendida la creencia de que tanto Jesucristo como Mahoma eran poderosos chamanes que acabaron ascendiendo definitivamente al elemento Aire. Este viaje simboliza la evolución de la raza humana.
Artículo extraído de Facebook El sendero del Chamán.
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